jueves, 18 de agosto de 2016

Coches y tranvías yendo de acá para allá


Cormac McCarthy 
(1933
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La música cesó de repente y solo se oyó el incómodo moverse de la multitud, el rumor grave de los motores. Los banderines y los carteles fueron quedando quietos para engorro colectivo, como si alguien hubiera muerto, y siguieron así hasta que el último autocar —los rostros menudos mirando solemnes como refugiados— hubo rebasado el puente y por tanto la ciudad. La multitud se fue dispersando en las calles y el tráfico se reanudó, coches y tranvías yendo de acá para allá.

Cormac McCarthy, El guardián del vergel, Debolsillo, Barcelona, 2014. Traducción de Luis Murillo Fort. Pág. 74